John
Major Jenkins, investigador de las profecías mayas, demostró que el eclipse de 20 de mayo fue
codificado en los monumentos de Chichén Itzá, especialmente en la pirámide de
Kukulkán, Quetzalcóatl para los Aztecas, indicando claramente su retorno.
Según Sergio
Calderón (experto en glifos mayas), hay un agrograma que habla del eclipse anular de Sol en
referencia, ya que en el centro se puede ver claramente el fenómeno, una especie de huevo, que en uno de
los lados tiene la forma del arco maya y que se parece al número cero, tal como
lo describieron los mayas.
El nombre
de Quetzalcoatl se compone de dos palabras de origen Náhuatl: quetzal que es un
ave de hermoso plumaje que habita la selva centroamericana y cóatl que
significa serpiente. Es la Serpiente Emplumada. El primer registro que se tiene de
Quetzalcoatl es en la cultura Olmeca hacia el año 1150 a de C.